20110131

SANTILLANA DEL MAR - CÓBRECES

27 de agosto, viernes:

Durante el desayuno se produce algún tira y afloja con la “doña” del albergue porque se pone en plan usurero y hay que dialogar un poco con ella. Calmadas las aguas, recogemos material y marchamos hacia Santillana. María tiene jaqueca y se queda descansando, luego partirá con Miguel.

En el trayecto observamos cómo sólo dos personas son capaces de segar un campo de maíz, triturarlo para pienso y llenar el camión hasta los topes en unos minutos (vídeo). Con estos equipamientos actuales la mano de obra se reduce al mínimo.

En poco más de media hora llegamos a Santillana, elegido por votación popular el pueblo más bonito de España y considerado uno de los principales atractivos turísticos de Cantabria. Sus calles están repletas de tiendas de productos típicos cántabros como las anchoas de Santoña, el queso picón de Tresviso, la cecina de ciervo, los sobaos pasiegos, .….., destacando entre sus notables edificios la Colegiata de Santa Juliana o Santa Illana (s.XII) que da nombre al lugar. Atravesamos las empedradas callejas en busca de marcas que nos saquen del pueblo pero está muy mal señalizado, así que acabamos en el camino que conduce a las cuevas de Altamira que, como sabemos, no se pueden visitar. Es una pena porque sería interesante verificar la afirmación del gran Pablo Picasso: “Después de Altamira todo parece decadente”.

Ya hemos salido del casco urbano y llevamos un paso ágil y rápido por un terreno sube-y-baja, siempre por camino asfaltado que compartimos con algún que otro peregrino, como Mel un belga-español afable y comunicador. Pasamos junto a la iglesia de San Pedro Apóstol (s.XVI) a las afueras de Oreña y nos encontramos con Jose un joven lugareño que cría vacas y está muy empeñado en enseñarnos los terneros que nacieron anoche, resultando una experiencia ilustrativa el conocer la cantidad de litros de leche diaria que consumen estos pequeños y el precio que se paga por ellos al mes de vida.

En Oreña nos detenemos a almorzar en el bar “Las Sopeñas – Casa el Siete” de la familia Cosío coincidiendo con algunos de los miembros que forman el grupo musical Hermanos Cosío, quienes nos deleitan con unas cuantas canciones de su repertorio interpretadas con unas magníficas voces (vídeo).

Con la panza bien llena, reanudamos la marcha con la intención de arribar a Comillas, pero en Cóbreces Miguel ha encontrado un amplio sitio para dormir dos noches por un excelente precio, así que ya tenemos motivo para utilizar ese día que nos sobra desde el inicio y lo emplearemos para darnos un chapuzón en el Cantábrico y conocer el entorno.

Nuestra posada de hoy y mañana será el edificio del Colegio San José Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul construido en el siglo XIX (1.872) por Alfoz de Lloredo, que en su momento albergó a 200 chicas internas y en la actualidad lleva 30 años cerrado; aunque recientemente se ha utilizado para campamento de verano de niños por lo que su estado de conservación no es malo del todo. Recorremos e inspeccionamos el edificio, situamos nuestros aposentos y marchamos a la playa donde pasamos la tarde.

Después de las duchas (los berridos se oyen en la “Chimbamba” porque no hay agua caliente) nos vamos a cenar al bar que tenemos enfrente (no se cómo lo hacemos pero siempre hay un bar cerca) mientras vemos el partido entre el Atlético de Madrid y el Inter de Milán por la copa de “no-se-qué” (hay tantos trofeos que ya me pierdo), y que gana merecidamente el Atlético.

Llegan Miguel y María que han estado en Santander esta tarde y al poco aparece también David, el chaval que nos ha alquilado el edificio, uniéndose todos a la mesa. Paco saca la trompetilla y nos ambienta con “Paquito el Chocolatero” (vídeo) y David, haciendo como Iker Jiménez en Cuarto Milenio, se dedica a contar leyendas populares acerca del edificio donde vamos a dormir, con las que consigue atemorizar a las chicas (sospecho que no sólo a ellas).

Nos agenciamos material para cubatas y marchamos a nuestro “palacio” a echar unas risas y unas partidas al futbolín y al chinchón. Flota en el aire el recuerdo del espíritu de Zacarías, el niño protagonista de uno de los cuentos de David, por lo que hay pocas ganas de irse a las habitaciones y apagar la luz, lo cuál, unido a que la noche está resultando entretenida, hace que la madrugada nos pille desgastando la baraja en un ambiente agradable y divertido.


Negociando con la "doña" del Arco Iris

Nos ponemos en marcha. A nuestras espaldas el albergue


Segando y triturando maiz. (Para más detalles ver video)

¡Qué mal genio tiene este elemento!

Estamos llegando a Santillana

Es la hora del reparto.......

.......Y de la limpieza

Aquí estamos, frente a la Colegiata

Natalia y Stephan

Es temprano pero ya hay turistas

Camiseta de recuerdo

Vamos que nos vamos

Platicando con Mel

San Pedro Apostol (s.XVI), en Oreña

Jose.......

.......Que nos enseña sus terneros

Así es como más me gustan las vacas

Aquí la estamos degustando......

.......Donde los Cosío nos cantan algunas canciones de la tierra. (Ver video)

Camino a Cóbreces

Nos vamos a hospedar aquí, en el antiguo colegio San José. Todo el edificio para nosotros

Inspeccionando el interior. Sala de estudio-biblioteca

Cocina

Comedor

Patio interior

Capilla

Luego, tarde de playa

Después partido, cena, purito.......

.......Risas.......

.......Palmas.......

.......Y, pese a los cuentos de David,.......

.......Nos vamos a nuestro "castillo" a echar unas partiditas.......

.......Y hasta algún baile


Siega de maiz
Hermanos Cosío
David y sus cuentos
Paquito el chocolatero

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